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fez

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Fez. "Bienvenido". Esa es probablemente la palabra que más he escuchado en este viaje por parte de los habitantes de Fez. "¿Español? Bienvenido". Maravilloso viaje. Otra cultura, otros problemas, otra gente, otras maneras, otros dioses, otros tiempos, ...desconexión maravillosa. No dejan de impresionarme los aviones, por más que vieje en ellos. No entiendo cómo pueden volar, y ni siquiera quiero averiguarlo. Lo único que sé, que a diferencia del resto de medios de transportes, donde más o menos entiendes que van por la tierra, y desde los cuales, vas dejando atrás un paisaje viendo venir otros, en el avión no ves casi nada, tierras a los lejos, nubes. Y te subes en un mundo, y como si fuera una máquina loca, en unas horas te bajas en otro mundo si te lo propones. Que nada tiene que ver con el tuyo. Y allí estás, plantado de golpe, en otra cultura, y otras formas. Me ha gustado mucho Marruecos, o Fez, que es lo que he visto de Marruecos. Una Medina encantadora, edificios, casas, calles, ...Muy lindo. Aunque a mí eso, en los viajes, me guste verlo, nunca es lo que me atrapa y me hace disfrutar más o menos de un lugar. Al final, todas las ciudades tienen sus edificios, museos, y cosas. Que está muy bien, y es lindísimo descubrirlo, pero hace tiempo que, al menos yo, disfruto de un viaje, cuando llego a comprender a la gente que habita esas ciudades y lugares, y si se da la ocasión, pocas veces pasa, llego a sentirme uno de ellos por un segundo. Seguramente por ello, soy poco de andar con sentido, de un lado para otro con una guía. El sentido no debéria existir...ni las normas...aunque claro, un turista es un turista, en una pensión de turistas, o en un hotel de 5 estrellas de turistas. En una ruta de turistas, en un tren de turistas, en paseos de turistas, ...Me gusta más perderme, o en vez de ver tierra, ver asfalto. En vez de ver lo más antiguo, me gusta ver lo más nuevo. Aunque al revés, también lo valore. No sé si me explico. Se puede descubrir una ciudad viendo un monumento o en la plaza más carismática, pero seguramente también tomando unas cañas en el bar más lamentable del lugar. Me interesa por supuesto la historia de la ciudad, monumentos, museos, ...pero no tanto como la gente del lugar, la vida que llevan, y sobretodo el asfalto, que no sé que tiene pero me atrapa.

Por eso, el día más bonito del viaje para mí fue el que conocimos a Abdul. Un marroquí que nos invitó a su casa a comer, a cenar, y a otras cosas, y que al menos para mí, hizo que me vuelva a Barcelona habiendo entendido de verdad muchas cosas. Muchas preguntas, que obtuvieron respuesta. Ese día, no me sentí turista "Bienvenido", me sentí amigo, y uno más. Hasta entonces, todo había sido muy bonito, claro está, pero diferente. Imaingo que es como cuando ves a un turista aquí comer una paella precongelada en Barcelona. Pues eso. Abdul nos enseñó bastantes cosas, y nos explicó aún más de como era todo por allí. No dejaron de sorprenderme una serie de cosas que todos sabemos de la cultura de allí, pero vamos, teniendo en cuenta como somos de salvajes los occidentales por llamarlo de alguna forma, no puedo tirarme mucho de los pelos. No tengo derecho, a excepción del tema de la mujer, que me tuvo muy nervioso todo el viaje.

Viaje completo, visitando lo turístico, paseando lo turístico, pagando y pringando lo turístico pero con la fortuna de haber podido gozar de la hospitalidad de una persona del lugar, para no volverme a casa con la sensación de Inglés en Plaza Catalunya. Y la mayor de haberlo disfrutado todo con ella.

Por cierto...Barnasants acaba este año en el Karl Marx de La Habana...una señal? sí...

rubén

viajero, mochilero, pero no ....

5 comentarios

Sonia -

Bienvenido a casa!

Laia -

Buena crónica, Ali!! Absolutamente de acuerdo..menuda pieza ABdul!!
Y digo uyyyyyyyyy, y digo ayyyyyyyyyyy..

besitos

Fátima -

Ha sido maravilloso, Alí Babá!!!

Jejeje...

Marian -

Totalmente de acuerdo contigo, Rubén, lo bonito de un viaje es entender a la gente de allí, sus costumbres, etc

:) un besote

Anónimo -

Que guay el viaje.me alegro que no fueraís ingleses.
Y lo de la Habana pinta muy,pero que muy bien.

David Grau