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el despertar de los relojes

el despertar de los relojes

“El despertar de los relojes”.-Rubén, Noviembre 2007

 

Sonó el despertador. Marcelo tardó en escucharlo unos minutos, como cada día. Ahora, tardó un poco más, por la falta de costumbre a no dormir seguido. Giro la mano izquierda  y trató de apagarlo apretando la palanca superior, mientras trataba al mismo tiempo de abrir los ojos con su mano derecha. La mano izquierda topó con una pared de hormigón. El despertador había crecido esa noche hasta unas dimensiones desproporcionadas para las medidas de la habitación. Aturdido, sin saber si aquello formaba parte de algún sueño en el que estaba inmerso y no recordaba, salió corriendo a la galería, agarró una escalera, y con ella pudo subir, no sin esfuerzo, y parar el pitido de la alarma del reloj. Las 08:01h. Sólo había pasado un minuto desde que sonara la primera vez. Tratando de adaptarse a la situación, Marcelo tomó café, leyó la prensa, y se dió un buen baño de agua caliente. El reloj del despertador marcaba las 08:02h. y no debía salir de casa hasta las 09:00h. Se vistió con tranquilidad, y preparó otro café. Arregló la habitación, hizo la cama, ordenó la ropa…y salió al comedor. No pudo casi entrar. El reloj de la pared del comedor, cerraba casi la puerta de acceso, marcando además las 08:03h. El golpe que se dió tratando de entrar el comedor al mismo tiempo que repasaba una columna de opinión en el diario, le dejó aturdido unos minutos en el suelo. Eso creyó él. El reloj seguía marcando las 08:03h. Una vez recuperado, pudo entrar en el comedor y comprobar que el fenómeno se repetía con cada uno de los relojes que formaban parte de su rutina diaria. El tiempo avanzaba a pasos agigantados. Miró por la ventana, buscando relojes extraños, en gente extraña, en edificios extraños. Y encontró relojes normales, relojes grandes como los suyos, y relojes muy pequeñitos. Relojes de todos los tamaños. Gente aturdida como él, y gente totalmente normalizada con sus relojes. Marcelo volvió a la cama, llamó al trabajo para disculpar una ausencia por enfermedad. No pudo hacerlo, era domingo.

 

   “El tiempo se resbala gota a gota por mi frente, estoy solo de repente, y esta soledad es mala” (Ariel Rot “Hasta perder la cuenta”).

2 comentarios

Supra Skytop -

Choose your love and love your choice. This is the truth. Do you think so?

ruben -

glups...lo he escrito en un word, lo he pegado...por eso sale la letra así...uno es un poco desastre para estas cosas. Pero bueno, se lee igual. Besos